lunes, abril 04, 2011

Sólo Flores.

Un hueco en el cielo estremece brutalmente todos los sonidos.
Para mirar dentro necesito un par de ojos que no tengo.

Toda la ansiedad abarca un espacio considerable pecho adentro
y agudiza la soledad.

¿Qué hora es?
Apago el sol con un dedo mojado.
¿Dónde quedó el olor agudo que me dobla
media mitad
y me prende al viaje furtivo alrededor del mundo más lejano?

Llevo mi sombra caminando apocada junto a mí
en la brumosa superficie de asfalto. Sola.
Le llevo amarrada a la nada que soy ahora
y casi se va flotando si levanto un pie que no traigo.

Qué vago azoramiento.
Muy inútil, sin duda, esta polución del alma y el miocardio en fuego.
¿A dónde me llevas, corazón sediento?
¿Qué día es hoy? Por Dios, ¿qué pies son estos?

Sólo un azahar de pétalos frescos
que se prenden al último rasgo de vida que a poco voy perdiendo,
última solución de aliento que en gotas de ayer me voy vertiendo.

Sólo tu voz, Flor múltiple que estás tan lejos,
sólo tu perfume, sólo tu cruento aliento...

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